Summary: | La presente tesis doctoral analiza las relaciones diplomáticas entre España y los Esta-dos Unidos durante el período en que estos últimos desarrollaban unas formas de actuación internacional acordes con su estatus de gran potencia. El trabajo se ha realizado a partir de fuentes documentales procedentes de archivos oficiales españoles Ministerio de Asuntos Exteriores, Archivo General de la Administración, Archivo Histórico Nacional, Archivo Ge-neral del Palacio Real-, estadounidenses National Archives and Records Administration- y franceses Archives Diplomatiques. Ministère des Affaires Etrangères-, así como de fondos personales Archivo Romanones, Archivo Maura, Papeles del Embajador Joseph E. Willard y Diarios del abogado Chandler P. Anderson. Hemos considerado a los Estados como actores principales, pero no como las únicas entidades capaces de alterar el devenir de los contactos bilaterales. Se han tenido también en cuenta las influencias ejercidas sobre los gobiernos por parte de agentes económicos empresas multinacionales como la Standard Oil Company, el National City Bank o la ITT, e intereses nacionales como el Banco Urquijo o las cámaras de comercio- y otros grupos de presión desde organizaciones pacifistas hasta lobbies de diverso tipo. Nuestro método de análisis distingue tres planos de la relación bilateral: el político-estratégico, centrado en asuntos que afectaban a los intereses primarios o de seguridad de al-guno de los dos países; el económico-comercial, que comprende los contactos establecidos con el fin primordial de fomentar la posición mercantil y financiera de alguno de los dos go-biernos o de intereses privados específicos; y el del prestigio, que engloba iniciativas empren-didas con el fin de relanzar la imagen exterior de uno de los dos Estados. Hemos dividido nuestro estudio en varias etapas -1898-1914, 1914-1920, 1920-1930- de acuerdo con las dis-tintas fases por las que atravesó la relación bilateral. El estudio de cada etapa está precedido de un repaso de los debates existentes en el mundo académico norteamericano acerca de los motivos subyacentes a la actuación internacional de los Estados Unidos. Igualmente, hemos hecho un análisis previo de las imágenes y los estereotipos que existían en cada uno de los dos países respecto al otro; asunto que no carece de importancia dado que este estudio arranca de los momentos inmediatamente posteriores a la guerra de 1898, que reviste una especial significación para las historias tanto de España como de los Estados Unidos. Todo este trabajo ha sido desarrollado con un triple objetivo: en primer lugar, hemos utilizado las relaciones España-Estados Unidos para acercarnos a un problema teórico de la disciplina de las Relacio-nes Internacionales: la tipificación de los contactos que pueden establecer entre sí grandes y medianas potencias. La variedad de situaciones que ofrecen las relaciones hispano-norteamericanas a lo largo del primer tercio del siglo XX las convierten en un campo de expe-rimentación idóneo para considerar este problema. Entre 1898 y 1914 nos encontramos con una conexión establecida únicamente en el plano de las imágenes, en la que los Estados Uni-dos utilizaron a España como objetivo de sus políticas de prestigio, y ésta no ocultó en abso-luto su rencor hacia la nueva gran potencia que le había despojado de sus últimas colonias de ultramar. Entre 1914 y 1917 los contactos se centraron en el plano económico-comercial, aprovechando los Estados Unidos la debilidad española con motivo de la Gran Guerra para penetrar en el mercado peninsular. Entre 1917 y 1920 la relación hispano-norteamericana ad-quirió tintes eminentemente políticos, y resultó bastante intensa. Los Estados Unidos obliga-ron a España a convertirse en plataforma de abastecimiento de los ejércitos norteamericanos en Francia, y tras el armisticio España buscó el apoyo norteamericano a la hora de colocarse en las estructuras internacionales de la posguerra. De este último propósito constituye un ico-no la entrevista entre el Conde de Romanones y Woodrow Wilson, celebrada en París en di-ciembre de 1918. Entre 1920 y 1930 la interacción volvió a ser eminentemente comercial y financiera, pero España pudo actuar con una mayor libertad y desafiar los objetivos de los Estados Unidos mediante la puesta en práctica de programas económicos de corte nacionalis-ta, simbolizados por los altos aranceles y la creación de la CAMPSA. En segundo lugar, hemos usado nuestro trabajo para efectuar una contribución a los debates académicos en torno a la política exterior norteamericana, que han enfrentado a aquéllos que interpretaban las acciones del Departamento de Estado en clave puramente ideológica, con las escuelas realista y revisionista o de La Puerta Abierta. Por último, hemos interpretado las relaciones bilaterales dentro del marco general de la política de los Estados Unidos hacia Europa Occidental. Con ello hemos podido llegar a la conclusión de que España nunca constituyó en esos años un capítulo aparte en el conjunto de las actuaciones del gobierno de Washington, quedando siempre incluida en los planes norteamericanos que afectaban al conjunto del área europea.
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