Summary: | Partiendo de una reflexión sobre los distintos grados de distanciamiento que puede adoptar el filósofo de la ciencia en relación a su objeto, así como acerca del papel de las tradiciones culturales en la configuración de los paradigmas que orientan las investigaciones en las distintas disciplinas, la geología incluida, el autor pasa revista a las concepciones de la Tierra que se han sucedido a lo largo de la historia, tanto en épocas anteriores como con posterioridad al nacimiento de la ciencia geológica, poniendo de relieve, por un lado el carácter marcadamente visual de la inmensa mayoría de tales concepciones, y por otro la acusada tendencia a la oposición dicotómica (señalada, entre otros, por Gould y Hallam) de los paradigmas de la Tierra vigentes en cada período. El autor subraya el papel de dos grandes tradiciones culturales occidentales en el origen de las dos concepciones-marco de la Tierra de generalidad máxima y clara tendencia dicotómica: la "estática" o pasiva (neptunistas, estabilistas...) y la "dinámica", que enfatiza el aspecto activo y autorregenerativo del planeta en su conjunto (Hutton, Wegener, Lovelock...) y que desemboca en dos teorías actuales de la Tierra que muestran que se trata de un objeto que despliega características propias de las realidades autoorganizadas (Prigogine). Dichas teorías, que el autor expone y trata en profundidad, son el modelo geotectónico y la hipótesis -o teoría- de Gaia, que concitan grados de consenso muy distintos pero que el autor considera conceptual y físicamente compatibles. Se considera deseable la puesta en pie de programas de investigación (Lakatos) centrados en el estudio del Sistema Tierra, una noción que presupone entender nuestro globo (apuesta paradigmática inicial) como un objeto autoorganizado que manifiesta, además, rasgos a la vez duales y complejos.
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